Un vestido gris de lana
con mangas largas y sin cuello
le quedaba a Letizia
como para ir a un entierro.
Ni esos labios tan rojos
que ponían alguna fiesta
evitaban que el vestido
fuese un fúnebre recuerdo.
Los zapatos eran grises,
gris el bolso Malababa,
y los pendientes que lucía
eran Links of London y caros.
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