Me encanta el Jabón Palmolive y su aroma floral que me deja pegado a la piel. Es un aroma suave, nada intrusivo, que me gusta más para que me quede pegado a la piel del cuerpo que a las manos.
Este jabón lo uso a veces como si de un gel se tratase. Lo empecé a usar un día que se me había acabado mi gel favorito, y como vi que no me dejaba la piel nada reseca, lo he usado más veces.
Es un jabón con una textura líquida que hace bastante espuma. No hace falta echar mucha cantidad.
Lo venden en botellas de 300 ml. Es un poco más caro que los jabones de marcas blancas, pero vale la pena comprarlo dada su calidad. Me costó la última botella 2,75 euros.
Este jabón lleva glicerina en su composición. De ahí que no te deje la piel nada reseca. Yo noto que me deja la piel suave.
A mi marido, en cambio, no le gusta. Dice que lo encuentra demasiado líquido. No le falta razón: es más líquido que otros jabones de la competencia, pero acabas acostumbrándote a su textura.
En mi casa se compra mucho. Como recurro a él cuando termino el champú, suelo tener una botella de repuesto. Lo tengo usado también para duchar a las niñas.
La botella me gusta. Tiene un dosificador que contribuye a que te cunda más. Para aprovecharla hasta el final, cuando veo que se me está acabando, le quito el dosificador. No me gusta nada tirar los envases sin aprovechar bien, y menos en estos tiempos de crisis. Como dice mi madre: lo que hoy tiras, mañana lo deseas.
Este jabón lo uso a veces como si de un gel se tratase. Lo empecé a usar un día que se me había acabado mi gel favorito, y como vi que no me dejaba la piel nada reseca, lo he usado más veces.
Es un jabón con una textura líquida que hace bastante espuma. No hace falta echar mucha cantidad.
Lo venden en botellas de 300 ml. Es un poco más caro que los jabones de marcas blancas, pero vale la pena comprarlo dada su calidad. Me costó la última botella 2,75 euros.
Este jabón lleva glicerina en su composición. De ahí que no te deje la piel nada reseca. Yo noto que me deja la piel suave.
A mi marido, en cambio, no le gusta. Dice que lo encuentra demasiado líquido. No le falta razón: es más líquido que otros jabones de la competencia, pero acabas acostumbrándote a su textura.
En mi casa se compra mucho. Como recurro a él cuando termino el champú, suelo tener una botella de repuesto. Lo tengo usado también para duchar a las niñas.
La botella me gusta. Tiene un dosificador que contribuye a que te cunda más. Para aprovecharla hasta el final, cuando veo que se me está acabando, le quito el dosificador. No me gusta nada tirar los envases sin aprovechar bien, y menos en estos tiempos de crisis. Como dice mi madre: lo que hoy tiras, mañana lo deseas.
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