Mi chico me regaló un collar de la que no me gusta mucho. Lo encuentro demasiado barroco. Creo que terminaré por regalárselo a mi madre. A mi progenitora le encanta. El diseño barroco tirando a rococó de esta joya de marca cara la tiene enamorada.
El collar es muy floral a su manera. Ves como ramitas de seto con piedras preciosas engarzadas con unos acabados perfectos. No temas perder una piedra. Están más enganchadas que las estrellas en el cielo. Son piedras de colores azul, verde, rojo, naranja. De todo tiene un collar que pesa tanto que acaba con mi cuello. Sólo lo puse en dos ocasiones: una vez para salir a cenar con mi marido y otra para ir a una cena a casa de mi madre.
Como os decía, les gusta más a las mujeres que me lo ven que a mí misma. Pero esto también me hace ilusión. Que te digan que llevas una joya bonita entusiasma. Tanto mi madre como mis amigas me preguntaron dónde lo había comprado. Las pobres se horrorizan cuando les digo que es de Gucci. Piensan que es carísima. No les falta razón, pero los regalos para que sean regalos tienen que ser caros.
La Colección Hortus Deliciarum de Gucci se está vendiendo muy bien. Las mujeres compran más marca que joyas. Si no tuvieran una marca de prestigio detrás, estos collares y pulseras florales se venderían menos. En todo caso, hay que tener paciencia con Gucci: se están iniciando en la alta joyería. Seguro que mejoran con el paso de los años y de las colecciones. Su primera colección todavía deja mucho que desear en diseños.
Mi marido compró mi collar en Paris, en la place Vendôme. La Colección Hortus Deliciarum de Gucci es una creación de Alessandro Michele. Este hombre pensó en un jardín en floración y se puso a dibujar joyas que le han salido muy barrocas. No os las recomiendo ni os las dejo de recomendar. Pero compradlas si podéis. Una joya de Gucci se revende bien en eBay.
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