El Hotel Hilton de Nueva York fue el hotel que yo y mi chico elegimos la última vez que estuvimos en la Gran Manzana. Nos habían hablado maravillas de él y todo lo que nos dijeron era poco. Es sencillamente maravilloso.
Es un hotel muy céntrico. Está en la Sexta Avenida, muy cerquita del Central Park, Times Square, la famosa Quinta Avenida.
Nada más entrar te llama la atención la amplitud de la recepción. Es grandísima. El personal de recepción es muy amable y los que nos atendieron a nosotros tenían un nivel de español muy bueno.
En este gran hall encuentras acceso a Internet, cabinas de teléfono, un bar de copas, una cafetería, sillones para sentarte.
Nuestra habitación estaba en la planta 34. Teníamos unas vistas estupendas desde las ventanas. Era una habitación enorme en la que no faltaba de nada. Teníamos caja fuerte, mesa y sillones, una cama de matrimonio inmensa, un buen televisor,... El cuarto de baño estaba muy ordenadito y con los sanitarios nuevos.
Nos coincidió estar un sábado en el que hacían un mercadillo justo delante del hotel. Aproveche para comprar regalos para la familia. Me salieron tirados de precio.
El gimnasio de este hotel está muy bien. Yo fui una vez con mi chico y me encantó eso que servidora no es nada de gimnasios. Tenían un montón de aparatos.
La decoración de este hotel es bonita pero clásica. Muchos tonos marrones en paredes y colchas, camas de madera de arce, almohadas de pluma, sábanas caras. El hotel está bien insonorizado. En la habitación de al lado tenían un perrito y no lo oías ladrar. Eso fue lo que no me gustó mucho: que permitieran la entrada de mascotas. Yo soy una obsesionada por la limpieza. No me gustan los perros dentro de casa y menos donde voy a dormir yo. En todo caso, la habitación estaba bien limpia. Lo mismo puedo decir del cuarto de baño, donde brillaban los mármoles que había por doquier.
Lo que más me gustó de este hotel fue el servicio de botones. Te recibían cuando salías del taxi y te llevaban las maletas hasta tu cuarto. Me sentí como una reina.
Es un hotel muy céntrico. Está en la Sexta Avenida, muy cerquita del Central Park, Times Square, la famosa Quinta Avenida.
Nada más entrar te llama la atención la amplitud de la recepción. Es grandísima. El personal de recepción es muy amable y los que nos atendieron a nosotros tenían un nivel de español muy bueno.
En este gran hall encuentras acceso a Internet, cabinas de teléfono, un bar de copas, una cafetería, sillones para sentarte.
Nuestra habitación estaba en la planta 34. Teníamos unas vistas estupendas desde las ventanas. Era una habitación enorme en la que no faltaba de nada. Teníamos caja fuerte, mesa y sillones, una cama de matrimonio inmensa, un buen televisor,... El cuarto de baño estaba muy ordenadito y con los sanitarios nuevos.
Nos coincidió estar un sábado en el que hacían un mercadillo justo delante del hotel. Aproveche para comprar regalos para la familia. Me salieron tirados de precio.
El gimnasio de este hotel está muy bien. Yo fui una vez con mi chico y me encantó eso que servidora no es nada de gimnasios. Tenían un montón de aparatos.
La decoración de este hotel es bonita pero clásica. Muchos tonos marrones en paredes y colchas, camas de madera de arce, almohadas de pluma, sábanas caras. El hotel está bien insonorizado. En la habitación de al lado tenían un perrito y no lo oías ladrar. Eso fue lo que no me gustó mucho: que permitieran la entrada de mascotas. Yo soy una obsesionada por la limpieza. No me gustan los perros dentro de casa y menos donde voy a dormir yo. En todo caso, la habitación estaba bien limpia. Lo mismo puedo decir del cuarto de baño, donde brillaban los mármoles que había por doquier.
Lo que más me gustó de este hotel fue el servicio de botones. Te recibían cuando salías del taxi y te llevaban las maletas hasta tu cuarto. Me sentí como una reina.
---------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario