San Sebastián es una ciudad preciosa. Yo voy muchas veces con mi marido. Es una ciudad que nos encanta para pasear solos, sin las niñas, en plan romántico.
La última vez que estuvimos nos alojamos en el Hotel Codina de San Sebastián que está cerca de la playa de Ondarreta. Nos dieron una habitación en la séptima planta con vistas al mar.
El hotel es un tres estrellas de 65 habitaciones, todas exteriores. Nuestra habitación era bastante espaciosa y confortable. Teníamos un buen televisor, aire acondicionado y calefacción, teléfono, caja de seguridad gratis. Tampoco nos cobraron extras por el minibar ni por la conexión wi fi. Por lo que sí cobran es por el parking. Ah... y dejan pasar mascotas.
Lo que más me gustó de nuestro cuarto fue la terraza con vistas al mar. Era todo un lujo.
La habitación tenía una decoración clásica. Colcha marrón oscura, cabecero de madera en un marrón más clarito, un par de mesillas con lámparas de lectura, el colchón comodísimo.
El armario nos resultó suficiente para los dos. No es que fuera inmenso, pero te daba de sobra para deshacer dos maletas. Dentro estaba la caja fuerte de la que os hablé.
El cuarto de baño estaba muy completo. Tenía hasta bidet. El toallero era térmico y el espejo de aumento.
Del personal no tengo queja. Fueron muy amables con nosotros en todo momento. Tenían todo muy limpio, tanto el cuarto de baño como la habitación y las estancias comunes.
El hotel no es lujoso. Se está bien porque no hay ningún ruido de noche que te altere el sueño.
Lo único que no me gustó fue la cafetería. Era demasiado pequeña. Sólo había seis mesas. Tenía unos precios muy razonables para un desayuno. Nos cobraron 2,50 euros por un café y un croissant. Mejor dicho me cobraron. El desayuno de mi marido subió a 2,70 euros porque quiso mermelada con pan integral.
El hotel está bien comunicado con el centro de San Sebastián. Justo delante tienen parada las líneas 5 y 25.
La última vez que estuvimos nos alojamos en el Hotel Codina de San Sebastián que está cerca de la playa de Ondarreta. Nos dieron una habitación en la séptima planta con vistas al mar.
El hotel es un tres estrellas de 65 habitaciones, todas exteriores. Nuestra habitación era bastante espaciosa y confortable. Teníamos un buen televisor, aire acondicionado y calefacción, teléfono, caja de seguridad gratis. Tampoco nos cobraron extras por el minibar ni por la conexión wi fi. Por lo que sí cobran es por el parking. Ah... y dejan pasar mascotas.
Lo que más me gustó de nuestro cuarto fue la terraza con vistas al mar. Era todo un lujo.
La habitación tenía una decoración clásica. Colcha marrón oscura, cabecero de madera en un marrón más clarito, un par de mesillas con lámparas de lectura, el colchón comodísimo.
El armario nos resultó suficiente para los dos. No es que fuera inmenso, pero te daba de sobra para deshacer dos maletas. Dentro estaba la caja fuerte de la que os hablé.
El cuarto de baño estaba muy completo. Tenía hasta bidet. El toallero era térmico y el espejo de aumento.
Del personal no tengo queja. Fueron muy amables con nosotros en todo momento. Tenían todo muy limpio, tanto el cuarto de baño como la habitación y las estancias comunes.
El hotel no es lujoso. Se está bien porque no hay ningún ruido de noche que te altere el sueño.
Lo único que no me gustó fue la cafetería. Era demasiado pequeña. Sólo había seis mesas. Tenía unos precios muy razonables para un desayuno. Nos cobraron 2,50 euros por un café y un croissant. Mejor dicho me cobraron. El desayuno de mi marido subió a 2,70 euros porque quiso mermelada con pan integral.
El hotel está bien comunicado con el centro de San Sebastián. Justo delante tienen parada las líneas 5 y 25.
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