Un traje rojo y pulsera
amarilla en la muñeca
fue el atuendo de Letizia
en un enero de nieves.
No me gustó ese traje
y menos esa pulsera
igualita a las que llevaba
cuando era adolescente
y no tenía dinero
para comprar joyas buenas.
Para conciliar horarios
no hacen falta pulseras
con el color igualito
a los canarios que tiene
en la cocina mi abuela.
Hace falta una ley
que dome a las empresas
de esos hombres que quieren
esclavos a total tiempo.
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