Se vistió doña Elena
de Infanta muy torera
al lado del señor padre,
rey abdicado y emérito.
Aplaudía la Infanta
con ganas buenas faenas
dentro de un traje de luces
y debajo de un sombrero.
¡Viva España! le gritaron
los toros y los toreros.
Nunca hubo una fémina
tan de toros y toreros.
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