Se vistió doña Letizia
de Reina de la Rebeca
con la chaqueta famosa
encima del un traje recto
con la falda por el suelo
y el color siempre negro.
Llevaba un toisón raro
colgado de su pechera
tan gris como una tela
de alivio de las penas.
El pelo lo recogía
en un moño poco hecho
que enmarcaba su cara
maquillada con pinceles
dignos de un buen Picasso
para pintar las paredes.
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Ver Tenerife desde sus plantaciones de plátanos es descubrir una isla muy distinta a la isla de fiestas y desenfreno que conocía yo. Fui con mi marido recorriendo las plantaciones porque mi chico quería hacer negocios de plátanos. poesiassolidarias.blogspot.com |
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