Acertó doña Letizia
vistiendo un mono entero
para pasear Mallorca
sin manchar las blancas telas.
Era el mono color verde,
un verde muy de botella
de ese vino barato
que no quieren que tú veas.
Subió el mono a tacones
de cuña muy veraniegos,
pero impropios tacones
de paseos mañaneros.
Casi te dolía ver
sus pies en tales alturas
cuando el calor nos pide
bajarnos de los andamios
a mujeres y a hombres.
Sigo diciendo y repito
que el mono es precioso
y si lo quieres comprar
por cincuenta euros compras
un mono tan igualito
que es, creo, el mismo mono.
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