El futuro impuesto de las carreteras quedó olvidado por la crisis con Marruecos. El señor Sánchez puede estar contento. Los inmigrantes lanzados al mar por las autoridades marroquíes están dando muchas portadas en la prensa. Los periodistas buscan las imágenes más tiernas para conmover al español llorón. Nos van sacando a golpe de foto la solidaridad que todos llevamos escondida dentro. Los inmigrantes marroquíes y subsaharianos se están muriendo de hambre en sus países y quieren pasar para el lado rico. ¿Qué lado rico? ¿El nuestro? Pues sí. Parece que somos más ricos que ellos.
Somos tan ricos que el Gobierno de España y el Gobierno de la Unión Europea quieren grabarnos con un impuesto por utilizar autovías, autopistas y el resto de carreteras. Pagaremos por salir de casa con el coche. Por salir andando de casa todavía no tienen pensado cobrar, pero seguro que llega el impuesto. Es cuestión de un medio plazo.
De momento, tocará pagar 1 céntimo por kilómetro de carretera usada. Una cantidad que se sumará a los actuales peajes. Os recuerdo que un peaje de Zaragoza a Barcelona cuesta 30 euros. A esa cantidad habrá que sumar el céntimo por kilómetro. ¿Consecuencias? Aumentarán los precios de la mercancía entre un 3% y un 4%. Este aumento de precio tendrá repercusión al alza en el precio de los productos de las estanterías de los supermercados. Lo mismo podemos decir de los precios de los productos de venta directa. Los comerciales también verán incrementar sus costes con este nuevo impuesto de las carreteras.
A esta España nuestra con un presente de desempleo causado por el coronavirus y un futuro de mayor presión fiscal para financiar los gastos de la pandemia, vienen los inmigrantes nadadores. Vamos bien. Podemos decir aquello de éramos pobres y parió la abuela. Es decir, éramos pobres y vienen los más pobres que el Rey de Marruecos envía.
María Rey
Economista
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