lunes, 5 de septiembre de 2022

Los precios máximos de la Vicepresidenta Yolanda Díaz y la escasez de alimentos

 
La inflación sigue subiendo y el próximo año 2023 hay elecciones municipales. Con las encuestas en contra, los miembros del Gobierno del señor Sánchez se pone a pensar en soluciones.

Es la Vicepresidenta Yolanda Díaz la que saca la primera solución de la chistera: poner precios máximos a los precios de los productos de primera necesidad. Pensemos en pan, leche, aceite, fruta... En total serían entre veinte y treinta alimentos.

La señora Díaz ve factible llegar a un acuerdo con las cinco grandes distribuidoras que hay en el país. Hablando se entiende la gente y negociando se entenderán los podemitas del Gobierno con los capitalistas que se están enriqueciendo.

El acuerdo me parece posible. Los capitalistas son como las ratas: se adaptan al medio. Lo único que buscan es su supervivencia. Por eso lo más probable es que bajen los precios de los alimentos frescos, reduciendo la oferta y buscando clientela en países con mayores precios.

Lo diré de forma más coloquial para que se me entienda: tendremos la fruta más barata en unos supermercados con las cajas vacías en los expositores de las secciones de frutería. Los distribuidores enviarán las naranjas que aquí pagamos menos a países europeos donde se las paguen más.

 En Economía dos y dos no son siempre cuatro. Suele haber muchas variables en juego que nos acaban llevando a un resultado que no deseamos, sobre todo, si no hemos establecido las hipótesis correctas.

Mi primer consejo a la señora Díaz es que antes de actuar tenga en cuenta los costes de toda la cadena de producción, desde el agricultor hasta los puntos de venta. Se trata de evitar que la limitación de precio acabe repercutiendo en el productor de tomates, es decir, en el más débil de la cadena.

El segundo consejo que le doy a la Vicepresidenta de Unidas Podemos es que tenga en cuenta que el mercado es global. Una fuga de alimentos hacia la exportación, buscando mejores precios, puede llevarnos a una situación de precios módicos con cantidades insuficientes en los puntos de venta. No queremos supermercados con los lineales vacíos, ni gente peleándose ante la única caja de manzanas que ha llegado en el camión de reparto.

Llevo mucho tiempo denunciando la situación inflacionista que afecta a las personas más humildes, a las clases trabajadoras, a mí, a ti, a tus vecinas y vecinos, a la abuela que cobra una pensión de viuda, a tu tía que no tiene trabajo, a tus padres ancianos, a tus primos con trabajos temporales, a tu mejor amiga que busca su primer empleo sin encontrarlo.

Somos mujeres y hombres que vivimos en nuestras economías domésticas la crisis económica. Somos personas que estaríamos encantadas con una bajada de precios en la fruta, el pan, la carne, los huevos, la leche,...

Pero queremos que se hagan las cosas bien. Por eso, les pido al Gobierno de España y a la señora Díaz no pasar de Guatemala a Guatepeor. Precios limitados en productos básicos sí, pero los lineales tienen que estar llenos. El oligopolio de las distribuidoras no puede dejarnos las estanterías vacías. Evitemos una huida hacia Europa de camiones llenos de productos básicos con precios topados en España.
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María Rey
Economista


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