Se vistió doña Letizia
de mujer ejecutiva
con un atuendo tan serio
que quitaba la alegría.
Una gabardina puso
encima de la camisa
y dejó el pantalón
asomando en su firma
de Hugo Boss, por supuesto,
el alemán que le vende
sus atuendos para el día.
En las manos ella levaba
las carpetas que traían
un trabajo que le hicieron
los que se ganan las vidas
currando en su Palacio
como funcionarios fieles
de la Reina de Felipe.
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