jueves, 16 de marzo de 2023

Explicación de la quiebra del Silicon Valley Bank

Después de la pandemia del coronavirus, de la guerra de Ucrania que sigue sin acabarse y de la inflación que sufrimos a diario, viene la banca con problemas.  El pasado 10 de marzo nos despertamos con la quiebra del banco estadounidense  Silicon Valley Bank.

 A este banco le pasó lo que le puede pasar a cualquier entidad financiera: la clientela deja de confiar en el negocio bancario, quita sus fondos y el banco no tiene dinero para devolver tanto dinero en efectivo como piden por ventanilla.

 Todos sabemos que el sistema bancario es un gran timo que funciona porque creemos en él. Tú y tus vecin@s lleváis vuestros ahorros al banco y el banco presta a los demandantes de crédito más dinero del que tienen. Se supone que los ahorradores no van a tropel a retirar sus ahorros porque se supone también que hay confianza. Si estas dos suposiciones no se cumplen, viene la quiebra del  Silicon Valley Bank de turno.

 Entonces se puede generar el pánico global. En la Bolsa ya han entrado en pánico los inversores: se ha producido una caída importante de las cotizaciones de las acciones de los bancos a ambos lados del inmenso océano Atlántico. El dinero siempre tuvo miedo y ese miedo lleva a la incertidumbre.

 El Silicon Valley Bank es un banco bastante reciente. Lo fundaron en el año 1983 en California y no es para tanto si tienes en cuenta que ocupa el lugar decimosexto en el ranking bancario estadounidense. Pese a no ser una entidad financiera demasiado importante cuenta con sucursales en el resto del mundo.
 
 ¿Por qué ha tenido tanta repercusión sus problemas de liquidez? Estamos hablando de la segunda mayor suspensión de pagos del país el viernes 10 de marzo. Los dirigentes de la entidad no estuvieron nada acertados al anunciar la liquidación de buena parte de su cartera de bonos y una ampliación de capital que no ha llegado a materializarse.

Reconocían sus dirigentes los problemas de liquidez del banco. Necesitaban más cash y solucionar las pérdidas latentes que sus activos estaban sufriendo. Había que arreglarlo como fuera para que no les rebajaran la calificación crediticia Moody's y otras agencias.

Detrás de este caos estaba la especialización del banco en el sector tecnológico, ahora en crisis tras la pandemia.

 ¿Debemos preocuparnos ante una posible nueva crisis bancaria? El tiempo lo dirá. Pero seguro que, de haber crisis bancaria los próximos meses, será bastante distinta a la del año 2008. Ya no tenemos las hipotecas basura tan abundantes y frecuentes en aquellos años. Pero, a diferencia del 2008, nos enfrentamos a una inflación sin límite con distintas causas.


 María Rey
 Economista
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