viernes, 19 de junio de 2020

Viviendo como los duques de Osuna

El Parque El Capricho de la Alameda de Osuna en Madrid es uno de los jardines más bonitos de la capital de España. Suelo ir siempre que estoy por allí, sobre todo cuando llevamos las niñas. El jardín ofrece tres estilos diferentes: el parterre o jardín francés, el paisaje inglés y el giardino italiano. No sabría decir cual es el más bonito. Me gustan los tres. Delante de la fachada oeste del palacio de los duques de Osuna se extiende el parterre, con sus setos recortados. Los duques tenían muy buen gusto. También tenían dinero. Mantener el jardín cuesta una pasta.

Mi marido, en cambio, sí tiene preferencias. Se queda con el Jardín inglés de El Capricho. En esta parte, tras descubrir el Templete del Abejero, te encuentras con los caprichos de los restos de la iglesia románica y el Fortín, un castillo de estilo italiano, que fuera construido para disfrute de los niños... Mis hijas no se cansan de escuchar de labios de su padre la enigmática historia del árbol del amor negro, justo antes de llegar al estanque.

Os recomiendo visitarlo. Lo han reabierto estos días tras el confinamiento. Es un buen sitio para ir a pasear. La naturaleza domesticada siempre me ha agradado. Prefiero una zona ajardinada a una zona silvestre. Es lo que nos suele pasar a las personas tan urbanitas como yo.

Estos jardines fueron concebidos en su día como lugar de encuentro para la aristocracia y los artistas que los divertían. Corría el siglo XVIII y había mucho aristócrata ocioso que compartía sus momentos de ocio con el buen hacer de los artistas. Lo pasaban bien. Igual que ahora. Esto es lo que les explico a mis hijas. Las lecciones de jardinería y de arte se las dejó a mi marido. Pero hay que reconocer que la duquesa de Osuna del año 1783 tenía buen gusto. Fue la que ordenó la construcción de este maravilloso jardín.

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