Moda de barrio: El desperdicio de alimentos en España y en otros países ricos: diez consejos para evitar esta economía del despilfarro

En España y en otros países desarrollados, el problema del desperdicio de alimentos y otros recursos es una preocupación creciente. Cada año, toneladas de comida todavía en buen estado se tiran a la basura con lo que supone de impacto ambiental negativo.

Solo hay que pasar al lado de los contenedores en nuestros vecindarios para darnos cuenta de la existencia de esta economía del despilfarro. Se ve tirada ropa nueva que ni siquiera ha sido estrenada, muebles que pueden seguir usándose, electrodomésticos que, seguramente, funcionan o que precisan una sencilla reparación para alagar sus vidas útiles.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se estima que aproximadamente un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial se pierden o se desperdician. En España, se calcula que cada persona tira a la basura alrededor de 76 kilos de comida al año, lo que representa un costo económico significativo.

Además del desperdicio de alimentos, en los países desarrollados también se desecha una gran cantidad de otros recursos como ropa, electrónicos, muebles y demás objetos que podrían ser reutilizados o reciclados. Este excesivo consumismo irracional no solo tiene un impacto económico, sino también ambiental, ya que genera una gran cantidad de residuos que terminan en vertederos o incineradoras.

Para abordar este problema, es necesario fomentar prácticas más sostenibles y responsables tanto a nivel individual como a nivel empresarial. Las personas físicas y jurídicas deberíamos ser instruidas en la minimización de costes.

Pongamos un ejemplo muy de andar por casa. ¿Por qué comprar varios kilos de manzanas si sabes que la mitad de la bolsa se te va a perder? Compra las manzanas que precises para tu consumo diario. Y quien dice manzanas dice filetes de carne, cartones de leche, yogures y otros alimentos de primera necesidad que la gente suele comprar en cantidades excesivas.

También habría que potenciar la venta a granel. Hay supermercados como el Eroski donde dan prioridad a los envasados de fruta y apenas dejan frutas a buen precio para la venta al peso.

De hecho, todas las ofertas de los supermercados y grandes superficies fomentan la economía del despilfarro. Quieren que compremos más aún sabiendo que eso significa acabar llenando los contenedores de basura de productos alimenticios que se nos pasan de moda en las despensas.

Reducir el desperdicio de alimentos, promover la reutilización y el reciclaje, y adoptar un enfoque más consciente hacia el consumo son algunas de las medidas que pueden ayudar a mitigar esta economía del despilfarro.

En resumen, el desperdicio en España y en otros países desarrollados es un problema grave que requiere acciones concretas para reducirlo y promover un modelo más sostenible y equitativo para todos. Lamentablemente, nuestros políticos todavía no han querido reparar en la importancia de este tema. Es lo que pasa cuando tenemos una clase política centrada en el objetivo de la maximización de su beneficio personal dando la espalda a los problemas de la sociedad que les vota.

Como no podemos esperar nada efectivo por parte de los políticos y políticas, debemos empezar nosotros a contribuir a sacar a nuestros países de la economía del despilfarro. Por eso te damos los siguientes consejos para reducir los desperdicios de tu hogar que acaban en los contenedores de la basura.

Aquí tienes 10 consejos para comprar de forma inteligente y reducir el desperdicio de alimentos en tu hogar:

Haz una lista de la compra: Planificar tus compras con antelación te ayudará a comprar solo lo que necesitas y evitarás adquirir productos innecesarios que puedan terminar en la basura.

Compra en cantidades adecuadas: Trata de comprar solo la cantidad de alimentos que realmente vas a consumir antes de que se estropeen. Evita las ofertas tentadoras si no vas a poder consumir todo antes de que caduquen.

Revisa la despensa y el frigorífico antes de ir de compras: Asegúrate de saber qué alimentos ya tienes en casa para evitar duplicar compras y terminar con productos que se echen a perder.

Presta atención a las fechas de caducidad: Al elegir los productos en el supermercado, verifica las fechas de caducidad para asegurarte de que tendrás tiempo suficiente para consumirlos antes de que se estropeen.

Organiza tu nevera y despensa: Coloca los alimentos más antiguos al frente para asegurarte de usarlos primero. Esto te ayudará a evitar olvidar productos y tener que desecharlos más tarde.

Aprende a conservar los alimentos correctamente: Almacenar los alimentos adecuadamente puede prolongar su vida útil. Infórmate sobre cómo conservar frutas, verduras, carnes y lácteos para maximizar su frescura.

Utiliza sobras creativamente: No tires las sobras, úsalas en nuevas recetas. Puedes transformar restos de comida en deliciosos platos como ensaladas, croquetas, revueltos o sopas.

Congela los alimentos: Si ves que no vas a poder consumir ciertos alimentos antes de que se estropeen, congélalos para utilizarlos más adelante. Muchos alimentos pueden ser congelados sin perder sus propiedades nutritivas.

Apoya iniciativas locales: Compra productos frescos y locales siempre que sea posible. De esta manera, estarás apoyando a los productores locales y reduciendo la huella ambiental asociada al transporte de alimentos.

Sé consciente del impacto del desperdicio alimentario: Reflexiona sobre el impacto negativo que tiene tirar comida a la basura tanto a nivel económico como ambiental. Ser consciente de este problema te motivará a tomar medidas para reducirlo en tu hogar.

Siguiendo estos consejos, podrás contribuir a reducir el desperdicio alimentario en tu hogar y adoptar prácticas más sostenibles en tu día a día. Te animamos a idear medidas similares para reducir el resto de desperdicios. Como bien decía el presidente de los Estados Unidos John Kennedy, "no pienses en lo que tu país puede hacer por ti, piensa en lo que tú puedes hacer por tu país".

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María Rey

Economista

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