martes, 29 de septiembre de 2020

El capitalismo y el covid-19

Temen algunos economistas agoreros que se acabe el capitalismo. No corre peligro. Lo afirmo echando la vista para atrás y mirando otras crisis que vivió el capitalismo. Siempre salió airoso. Los que no salimos airosos somos los pobres. Como dice el dicho popular, en la casa del pobre siempre es noche.

Otras crisis que vivió el sistema capitalista fueron la Gran Depresión, la edad de oro en los Estados Unidos en la década de 1950, la crisis del año 2008 más recientemente. En los años cincuenta del pasado siglo XX andaban preocupados al otro lado del charco por la automatización. Temían que la automatización eliminara puestos de trabajo. Hoy pasa lo mismo. La robotización avanza y echa a los trabajadores para el paro. Durante la crisis del 2008 la codicia de la clase empresarial se hizo patente. Pero no hubo un movimiento comunista desatado por las iras de los trabajadores que veían como los empresarios incrementaban sus beneficios y su riqueza ni lo habrá ahora. Y menos lo habrá en Estados Unidos.

En el Estados Unidos de Donald Trump y del covid-19 se dispara el déficit público y aumenta la deuda pública, igual que en el resto de países. El desempleo también se incrementa, los subsidios de paro son insuficientes para que las personas desempleadas afronten sus gastos, los alquileres son elevados, aumenta el hambre. Sí, hay hambre en los países ricos, personas que ven las despensas vacías en su casa y que no tienen dinero para ir a los supermercados para llenar los estantes vacíos de las neveras.

Esto es el capitalismo: desigualdad. Los que dicen que el capitalismo está en crisis y va hacia su fin se equivocan. El capitalismo está en su definición de ricos y pobres, sólo que, por culpa del covid-19, hay más pobres.

Si le ponemos caras a las personas que están en situación de desempleo en Estados Unidos, vemos que los más afectados son los trabajadores de minorías y las mujeres. Igual que en en esta España nuestra vemos que hay personas que no pueden pagar la tecnología que necesitan sus hijos para el aprendizaje a distancia. Se necesita, pues, un Estado de Bienestar 2.0. aquí y allí. En todos los países.

Lamentablemente, los políticos no están pensando en los ciudadanos más pobres. Como mucho piensan en los ciudadanos que los votan. Un niño sin conexión a Internet en su casa para seguir la educación a distancia de su colegio no vota. Sus padres seguramente tampoco. Los pobres siempre hemos pensado que votar es perder el tiempo, es darles un puesto de trabajo muy bien pagado a los políticos que no alivian nuestras situaciones de pobreza.

No, el capitalismo no va a desaparecer. Está en su salsa. Los políticos están arreglando la crisis del capitalismo aquí en España con una prolongación de los ERTES de la clase media venida a menos. Por la clase pobre paupérrima no se preocupan mucho. Yo diría que nada. La renta mínima se la dan a pocos pobres. En Galicia sólo el 10% de los gallegos con derecho a la renta mínima percibe esta ayuda. Los pobres excluidos del sistema seguirán buscando el pan de cada día en la economía sumergida.

María Rey
Economista


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