Los economistas debemos alejarnos un poco de las macromagnitudes y centrarnos más en las microeconomías que encontramos en nuestro día a día, a poco que pisemos acera. Es un hecho que los precios están subiendo a lo grande. Sólo tienes que pasar por los supermercados para ver los precios de los alimentos perecederos y menos perecederos aumentar como la espuma. Un manojo de grelos 2 euros, leí en el cartel de una frutería de la calle. El manojo de berzas 1,60 euros. Sumas el precio de la carne, el precio de las patatas, el precio de la energía para hacer el cocido, y ya te vienen ganas de hacer un cocido sin garbanzos, es decir, un cocido menos madrileño y más pobre. Comer es caro.
La inflación subyacente (aquella que no tienen en cuenta los precios de los productos perecederos y los precios de la energía) también se dispara. Los aumentos de precios que se trasladan a otros productos y servicios van a llevar a subidas de salarios y las subidas de salarios van a generar más inflación. Imaginemos al empresario don Pepe: le suben los salarios de sus trabajadores y el buen hombre sube los precios de los zapatos que fabrica su fábrica. Así vamos hacia una inflación que se retroalimenta.
¿Y qué pasa en los otros países de Europa? Desde diciembre parece que se relantiza la inflación en la UE. Crece, pero no crece tanto. Son países con mayores productividades. Los incrementos de los precios de las materias primas y los incrementos en los precios del transporte marítimo se compensan con una mayor producción por cada trabajador/a. En España esto no ocurre. Aún así parece que el crecimiento de la inflación también se va a relentizar. Mayores precios menor demanda. Lección de primero de Economía.
Yo vuelvo a la Economía de andar por casa. En la radio del coche sale Cofidis ofreciendo dinero para comprar ordenadores, arreglar la casa o ir de viaje. Dinero fácil. Una tentación. En el Banco esta mañana atendían delante de mí a una señora que pagaba unos préstamos a Cofidis. Comprendí que la mentalidad de la gente ha cambiado. El personal se endeuda para consumir. Estamos en la Economía más endeudada de la Historia. Que no nos extrañe que cada día haya más personas en situación de calle. Las deudas, como bien se decía en las novelas de la Inglaterra vitoriana, llevan al desastre económico personal. ¡Y encima tanto consumo aumentará más la inflación!
Lo que cuesta hacer un cocido en casa se está incrementando hasta el punto de que vamos a terminar pidiendo préstamos a Cofidis para llegar a final de mes. Eso será cuando los familiares ya no se puedan seguir ayudando entre ellos.
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María Rey
Economista
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