Los urbanistas suelen ser ajenos a los posibles tamaños óptimos de las ciudades. Los economistas, en cambio, encontramos en las distintas urbes ventajas y desventajas. A partir de un determinado número de habitantes se generan ventajas en economías de escala. Lo vemos en ciudades que rondan los doscientos mil habitantes. En cambio, cuando las ciudades están superpobladas aparecen las deseconomías que genera su tamaño excesivo: congestión, contaminación, conflictividad social, etc.
También se constata un crecimiento del PIB cuando aumenta el tamaño de la ciudad. Pero no todas son ventajas, como decía. Una mayor población tiene un impacto social y ambiental que genera costes para la sociedad y los ecosistemas. La huella ecológica en las ciudades es más grande que en los pueblos. Lo vemos en la deforestación, el agotamiento de los caladeros y en el cambio climático.
Aún así, la población se sigue desplazando hacia las ciudades grandes, atraída por los salarios mayores que se perciben. No se tiene en cuenta que frente a los mayores salarios urbanos tenemos una preocupante tasa de delincuencia y la desintegración de los servicios urbanos.
Se sigue considerando que el PIB es un indicador del éxito económico de una ciudad o de un país. Los gobiernos siguen llevando a cabo políticas urbanas para maximizar el PIB. La productividad también es mayor en las grandes ciudades.
Pero no podemos hablar de un único tamaño óptimo. Hay que hablar de tamaños óptimos distintos en función de las distintas estructuras productivas, lo que implica distintas combinaciones de economías de escala. Así una ciudad grande es más relevante para el sector servicios que para el sector industrial. En todo caso, una concentración de riqueza provoca una concentración de población.
Igual que hablamos de un tamaño óptimo de las ciudades, debemos hablar de un tamaño óptimo de los municipios. En esta línea hay que considerar la necesidad de decisiones políticas que favorezcan actividades productivas en zonas despobladas de los países. En España se han tomado en las últimas décadas decisiones políticas que favorecen las actividades productivas urbanas frente a las rurales.
Las ciudades más pobladas en España son:
-Madrid: 3.266.126 habitantes
-Barcelona: 1.636.762 habitantes
-Valencia: 794.288 habitantes
-Sevilla: 688.592 habitantes
-Zaragoza: 674.997 habitantes
Detrás de estas cifras se esconde la España despoblada y también el fenómeno del micromunicipalismo, tan presente en provincias como Burgos. Los economistas no nos ponemos de acuerdo a la hora de señalar un tamaño óptimo general para todas las ciudades y/o municipios. Yo hablaría de distintos tamaños óptimos en función de la estructura productiva. Donde hay un mayor consenso es en la necesidad de reagrupar municipios para reducir costes. Una reagrupación de municipios en España es una garantía para el Estado del Bienestar.
María Rey
Economista
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